Minnie Dean, la asesina de la caja de sombreros

En el siglo XIX, sin métodos anticonceptivos adecuados, era habitual que una madre dejase a uno o varios de sus hijos al cuidado de una familia adoptiva. Esto era especialmente frecuente en el caso de embarazos no deseados o extramatrimoniales. Lo más normal era que la madre delegase el cuidado de su hijo en otra mujer, que, a cambio de un pago, le daría techo y alimento e incluso sería su nodriza en el caso de que el niño adoptado fuera un bebé. Esta solución podía ser temporal o permanente, comprometiéndose a cuidar al niño o la niña hasta que pudiera valerse por sí mismo. Las mujeres cobraban a las madres o bien una mensualidad o bien un precio cerrado a cambio de este servicio. Es importante tener en cuenta que no solo las familias con pocos recursos entregaban el cuidado de sus hijos de esta forma, también era una práctica frecuente entre familias ricas. De hecho, la escritora Jane Austen pasó sus primeros años cuidada por una mujer ajena a su familia. A estas cuidadoras se las conocía con el nombre despreciativo de "baby farmers", algo así como granjeras de bebés, aludiendo al hecho de que solían adoptar muchos niños a la vez y no darles un buen trato. 

Minnie Dean. Fuente: Wikimedia Commons

Minnie Dean fue una de estas mujeres que acogía a niños de otras familias. Poco se sabe de su vida salvo que nació en Escocia de padre ingeniero ferroviario. Su madre murió de cáncer cuando Minnie tenía 17 años. Se desconocen las circunstancias por las que emigró a Nueva Zelanda, pero vivía allí ya en los años 60 del siglo XIX. Se casó con el tabernero Charles Dean, que tenía unos ingresos considerables, pero cuando la fiebre del oro empezó a remitir, los clientes de la posada eran cada vez más escasos y empezaron a pasar apuros económicos. Charles no tuvo más remedio que vender la posada y dedicarse a la ganadería de cerdos, mientras que Minnie empezó a acoger a hijos de otras familias a cambio de dinero. A Minnie Dean no le faltaron clientes, parece que llegaba a cuidar de hasta nueve niños a la vez.

Pronto empezaron a circular rumores de que los niños bajo el cuidado de Minnie desaparecían sin dejar rastro. Además, algunos de los niños a su cuidado murieron en circunstancias misteriosas. Según lo que se alegó posteriormente, en un periodo de cinco años murieron tres niños a su cuidado: uno con convulsiones, otro por una enfermedad cardiorrespiratoria y un tercero ahogado. Dean intentó esconder este tercer cadáver en su jardín, lo que despertó aún más las suspicacias de la comunidad. Se llevó a cabo una investigación sobre estas sospechosas muertes, pero no se logró encontrar evidencia de asesinato, ni siquiera de la negligencia de la mujer. Se achacaron los fallecimientos a causas naturales, lo que no sorprende teniendo en cuenta la alta mortalidad infantil de la época. A pesar de ser inocente a los ojos de la ley, los rumores acerca de Dean en la comunidad eran constantes. Había un clima de desconfianza, aumentado por varios casos de baby farmers asesinas ocurridos recientemente en Reino Unido. 

Granja de Charles y Minnie Dean.

Los miedos de la comunidad se vieron confirmados en 1895. Minnie Dean subió a un tren llevando consigo un bebé y una caja de sombreros. Al bajar del tren, sin embargo, solo llevaba la sombrera. Se buscó al bebé desaparecido por las vías del tren, por si este hubiera sido arrojado por una ventanilla, pero su cuerpo no se encontró. Los trabajadores de la estación que ayudaron a Minnie a cargar la caja de sombreros, testificaron posteriormente que esta era sospechosamente pesada. Se inició entonces una búsqueda en la casa de los Dean. Se descubrió que en la granja había cinco niños sanos, pero en el jardín había tierra removida y los investigadores desenterraron tres cadáveres infantiles. Uno de ellos parecía haber sido asfixiado y otro muerto por sobredosis de láudano, que se usaba con frecuencia para calmar a los niños. La causa del fallecimiento del tercer bebé es desconocida. Cabe tener en cuenta que, a diferencia de otras madres de acogida, Dean cobraba un precio cerrado por cada niño en lugar de mensualidades. Por este motivo, especialmente en el caso de los bebés, le resultaba mucho más lucrativo que tuvieran una muerte temprana.

En junio de ese mismo año, se llevó a cabo el juicio. Fue un caso muy mediático en Nueva Zelanda, por lo que el tribunal de justicia estaba abarrotado de periodistas y curiosos. Entre el público, se vendían figuritas de bebés dentro de una sombrerera, como macabro souvenir. Durante el juicio, la defensa fue fuerte. El abogado de Minnie argumentó que los niños habían muerto accidentalmente y que Dean los había enterrado para evitar tener más publicidad negativa. La propia Dean no testificó en el juicio, pero escribió un documento de 49 páginas describiendo los niños de los que había cuidado. Escribió que seis habían muerto, cinco seguían bajo su custodia y uno había sido devuelto a su familia. De los restantes catorce, nada se sabe. Algunos creen que Minnie Dean los asesinó a todos, sin embargo, la laxitud de las leyes de adopción en aquella época no obligaban a llevar un registro de los niños adoptados, por lo que es imposible conocer los números con exactitud. Su marido, Charles Dean, también fue detenido pero se le encontró inocente. Al final, Minnie Dean fue declarada culpable y condenada a muerte. Fue ahorcada el 12 de agosto, siendo la única mujer ejecutada en Nueva Zelanda. Su cuerpo está enterrado en el cementerio de Winton, junto al de su marido que murió en un incendio más de una década después. 

Figurita representando un bebé muerto en una sombrerera.

El trágico caso de Minnie Dean, unida a otros similares, trajo consigo algunas consecuencias positivas. Se investigaron otras "granjas" de niños y se llegó a la conclusión que, si estos no eran asesinados, sufrían de tales negligencias que les llevaban tarde o temprano a la enfermedad o muerte. Se aprobó una ley por la que una cuidadora solo podía tener bajo su custodia un único niño y este debía ser siempre mayor de cinco años. Solo podía darse el cuidado de un niño menor de cinco años a otra persona por un periodo de 48 horas. Además, las mujeres encargadas de cuidar a los niños debían tener unos medios mínimos así como ciertas aptitudes. Las regulaciones se fueron haciendo cada vez más fuertes hasta que el sistema de adopciones pasó a estar controlado por el gobierno. 

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