De acuerdo con la tradición, uno de los forenses encargados de llevar a cabo la autopsia de la joven, quedó tan impactado por su belleza que decidió crear un molde de cera de su rostro. Con este molde, se hizo un vaciado en yeso. En su máscara mortuoria se aprecia que la joven tiene los ojos cerrados suavemente, enmarcados por largas pestañas. En sus labios se dibuja una sonrisa, que en su momento se consideraba como una plácida aceptación de la muerte. Se le dio el igualmente enigmático nombre de L'Inconnue de la Seine (La desconocida del Sena).
Pronto, se hicieron varias copias de yeso utilizando este molde originario. Muchas personalidades de la sociedad bohemia tenían el rostro de la joven a modo de decoración macabra en sus hogares y muchos artistas tenían vaciados de la máscara de la mujer del Sena en sus talleres. Tal fue la demanda, que el molde de cera se fotografió en numerosas ocasiones para crear réplicas. Parece que una de estas copias se conserva aún en la actualidad, en L'Atelier Lorenzi en Arcueil. Albert Camus llegó a comparar la sonrisa de la máscara funeraria con la de la Mona Lisa. A través de los detalles aportados por su rostro y peinado, muchos intentaron dilucidar su posible origen y clase social.
Esta fascinación morbosa llegó a su punto más álgido cuando se convirtió en un auténtico icono de moda. Primero las actrices y luego las mujeres de a pie llegaron a copiar el peinado y ademán de este cadáver que se había convertido en un icono. Se ha llegado a sugerir que la desconocida del Sena constituyó el ideal erótico de su tiempo. Esta afirmación no es tan exagerada como puede parecer: El autor inglés Richard Le Gallienne escribió una novela corta en la que el protagonista se enamora de la máscara, lo que lleva a numerosas tragedias en su vida personal. Se escribieron novelas que trataban de imaginar cómo había sido la vida de la joven y la causa de su suicidio (habitualmente mal de amores). Man Ray llegó a tomar las fotografías que ilustrarían una de estas novelas.
A parte de su belleza física, parte del atractivo de La desconocida del Sena es su leyenda, sin embargo, es posible que se tratara de una fabricación. Se ha rumoreado que la máscara pudo tomarse de una persona viva, quizá la amante o la hija extramatrimonial de un fabricante de máscaras alemán. Por el contrario, hay quien ha argumentado que las máscaras poseen detalles que parecen probar que se trata de la máscara mortuoria de una persona ahogada. Por el momento, la identidad de la mujer y las circunstancias de la máscara son un misterio.
La fascinación por La desconocida del Sena ha llegado a nuestros días, sirviendo de inspiración a artistas y escritores contemporáneos. Autores contemporáneos como Chuck Palahniuk, Katy Reich, Caitlín R. Kiernan, Guillaume Musso y Didier Blonde han incluido referencias a este personaje en sus novelas y relatos cortos. Los músicos Emily Autumn y Frank Turner así como el dúo Beach House cuentan con canciones sobre la desconocida. Incluso se llegó a coreografiar un ballet llamado L'Inconnue.
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