Conocemos su historia a través de la traducción inglesa de un panfleto publicado después de su muerte y hoy desaparecido, por lo que no resulta demasiado fiable. Según este documento, se encontraron varios cadáveres mutilados, humanos y animales, cerca de Bedburg. En la comunidad, empezó a rumorearse que había una criatura de aspecto lupino con grandes mandíbulas y garras que se dedicaba a cazar por las noches. La criatura, además, tenía la pata izquierda cortada.
Se decía que los restos mortales de las víctimas aparecían en los caminos. La gente empezó a viajar acompañada y armada por miedo a la bestia. Se organizaron numerosas partidas para intentar encontrar a la criatura asesina, pero ninguna tuvo éxito. Eso fue hasta 1589 cuando un grupo de hombres con perros dieron con el lobo y lo persiguieron. Cuando lo tenían rodeado, se dieron cuenta de que no había rastro de ningún lobo, en lugar de eso, ante ellos estaba Peter Stummp.
Pronto se acusó a Stummp de asesinato y canibalismo. Fue sometido a la tortura del potro y confesó que el diablo le había dado un cinturón que le permitía convertirse en lobo cada vez que lo llevaba puesto. Por supuesto, el cinturón nunca se encontró. Confesó haber matado ganado y haber asesinado a catorce niños y dos mujeres embarazadas, cuyos fetos había arrancado del vientre y se los había comido. Entre esos niños, mencionó a su propio hijo, cuyo cerebro aseguró haber engullido. Se le acusó también de tener relaciones incestuosas con su hija Sybil. Se le encontró culpable de todos los cargos.
El 31 de octubre de 1589 se llevó a cabo la ejecución, que resultó tremendamente sangrienta. En primer lugar, se ejecutó a Sybil, así como a la amante de Stummp: ambas fueron despellejadas y estranguladas. En cuanto al asesino, se le ató a una rueda y se le arrancaron pedazos de carne del cuerpo con unas tenazas al rojo vivo. Todavía con vida, se le rompieron los huesos de las extremidades para que no pudiera volver de entre los muertos. Finalmente, se le decapitó y se quemó su cuerpo junto al de su hija y su amante. Según se dice, se forjó una escultura en forma de rueda rematada en una cabeza de lobo. Sobre esta, se colocó la cabeza decapitada de Stummp para servir de advertencia a otros practicantes de magia negra.
En la actualidad es imposible saber con certeza si Peter Stummp llevó a cabo algún asesinato. Las particularidades de su caso recuerdan a las acusaciones infundadas que se hacían a brujas, minorías religiosas y otros grupos que se consideraban una amenaza para la sociedad. En el caso de Stummp, es importante tener en cuenta que se trataba de un protestante en una zona mayoritariamente católica, por lo que su presencia era incómoda para la comunidad. También es posible que se tratara de una cabeza de turco para una serie de muertes para las que no había explicación. Además, en la década de 1590, la sociedad alemana estaba irracionalmente atemorizada por los hombres lobo. Todo apunta a que el infortunado Stummp y su familia fueron injustamente ejecutados.
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